Serbia: el corazón de la antigua Yugoslavia

17 al 25 de agosto de 2023

Llegamos a Belgrado, la capital de Serbia en un vuelo desde Bucarest (Rumania). Aunque estas ciudades se encuentran a 600 km de distancia, no encontramos una forma sencilla de cruzar la frontera por carretera.

Serbia es un país que se encuentra en el sureste de Europa, en la península de los Balcanes, rodeado por Hungría, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Albania, Macedonia del Norte, Bulgaria y Rumania (no cuenta con salida al mar).

Belgrado

Belgrado nos pareció una ciudad muy vibrante. Alquilamos un apartamento en el centro, muy cerca de la plaza de la República. Después de llevar varias semanas comiendo gulash en Hungría y Rumania, me emocioné al darme cuenta de que en esta ciudad había una gran variedad de restaurantes internacionales y la primera elección fue comida mexicana (también había un restaurante venezolano que vendía arepas, pero estaba cerrado).

El corazón del centro de la ciudad es la calle Kneza Mihaila que es peatonal y lleva al parque Kalemegdan, justo a orillas del lugar donde se unen los ríos Sava y Danubio. El parque cuenta con ruinas que datan de diferentes siglos, pero sin duda lo que más nos impacto fue la vista que se tiene desde el mirador hacia el resto de la ciudad. Mientras que a nuestras espaldas había vestigios que remontan hasta los celtas, en frente podíamos ver la parte nueva de la ciudad con los edificios de las grandes corporaciones que seguramente seguirán apareciendo en los próximos años.

Belgrado es una ciudad en la que no hay un solo y gran atractivo. Sin embargo, encontramos muchos lugares que la hacen especial como un “todo”. En nuestra visita estuvimos en el Museo de Nikola Tesla, para el cual hay recorridos guiados cada hora. Es un museo pequeño, de 4 habitaciones, y después de haber estado en el Memorial Nikola Tesla de Smiljan (Croacia) este nos pareció un poco simple.

En contraste, el Museo de Yugoslavia nos pareció muy interesante. A pesar de que una parte se encuentra en remodelación, pudimos visitar la sección llamada “Casa de las flores”, antigua residencia de Tito, quien fue mandatario de la república desde la segunda guerra mundial hasta su muerte en 1980. Allí se conserva su tumba, así como diferentes elementos que celebran y recuerdan su vida. Hicimos el recorrido guiado en inglés (sábados a las 11 a. m.) y nos sorprendió el gran conocimiento de nuestra guía, una chica joven quien nos explicó que para quienes crecieron durante la época del mandatario (como sus padres y sus abuelos) Tito había sido un gran jefe de estado. También estaba abierto otro edificio en el que había diferentes objetos que fueron obsequiados a Tito durante su mandato (grandes curiosidades y tesoros de todo el mundo) e información sobre la clase obrera del país. La exhibición nos pareció un poco difícil de seguir, sin embargo había algunas piezas interesantes.

Yugoslavia fue un estado fundado después de la primera guerra mundial e incluía lo que hoy conocemos como Serbia, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenego y Kosovo. Tras la muerte de Tito se desató una crisis económica y surgieron los nacionalismos étnicos, lo cual llevó a las guerras yugoslavas (cuyo saldo se estima en 140 mil muertos y 4 millones de desplazados). Su superficie era de más de 255 mil kilómetros, en contraste, Serbia hoy en día no llega a 90 mil. Ni en el museo ni en ninguna otra parte de la ciudad encontramos referencia a lo que fue esta época sangrienta en la que casi todas las partes fueron víctimas, pero también victimarios. Solo vimos algunos grafitis que pedían la liberación de Kosovo, territorio que Serbia sigue considerando propio a pesar de que ha sido reconocido por 97 de los 193 países miembros de las naciones unidas.

Kosovo es un territorio en el que la mayoría de las personas son de etnia albanesa (se estima que el 90%) y declaró su independencia en 2008, sin embargo (según nos explicó nuestra guía), Serbia no quiere dejar ir este territorio ya que se considera que allí fue la cuna de su civilización.

Otro lugar que capta la atención de los visitantes es el templo de San Sava, la iglesia ortodoxa más grande de los Balcanes y una de las más grandes del mundo. El interior está cubierto por 12 mil metros cuadrados de mosaicos de oro que le dan un aspecto monumental.

En Belgrado nos alojamos en White Apartment.


Novi Sad

Buscando actividades al aire libre, elegimos viajar a Novi Sad, la segunda ciudad más grande del país. Tomamos un autobus de un par de horas, sin embargo después nos enteramos de que recientemente se inauguró un tren de alta velocidad para unir ambas ciudades. El centro de Novi Sad tiene algunas construcciones interesantes, hay un par de playas a orillas del Danubio que durante el verano son un destino popular para los turistas y una ciudadela (al otro lado del río) desde donde hay una bonita vista a la ciudad.

Hicimos una caminata por el parque Fruska Gora siguiendo una ruta de WikiLoc. El recorrido no estaba marcado de forma clara y en muchas ocasiones, a pesar de tener el GPS, nos tardamos algunos minutos intentando descifrar por donde seguir. Para hacer esta caminata, tomamos un bus local que nos llevó hasta la población de Rakovac y luego de seguir una ruta circular, abordamos el transporte de regreso en el mismo lugar.

En Novi Sad nos alojamos en VMAKS Apartman.


Bajina Bašta

Nuestro último destino en Serbia era la población de Bajina Bašta, puerta de entrada al parque nacional Tara. No fue fácil llegar hasta allí, hay un par de buses que salen desde Novi Sad en un recorrido de 6 horas, nosotros optamos por el que salía a la 1:30 p. m. y resultó ser una completa pesadilla: el bus no tenía aire acondicionado, no se podían abrir las ventanas y afuera hacía más de 35 grados de temperatura. Después de unas tres horas de recorrido, el conductor paró en un pueblo en medio del camino y nos dijo a todos que bajáramos. Sin mayor información, nos paramos allí a esperar que algo pasara y más o menos media hora después llegó otro bus en el que hicimos el resto del recorrido (¡esta vez con aire acondicionado!).

Al llegar a Bajina Bašta sufrimos una decepción porque encontramos que no hay forma de visitar el parque Tara sin un auto particular, así que después de mucho pensarlo decidimos contratar un taxi que nos llevara hasta un lugar llamado Mitrovac y nos recogiera allí mismo unas 7 horas después (el tiempo que estimamos nos tomaría hacer una caminata en el parque). Después de tener todo coordinado, el conductor nos avisó que la vía de acceso estaría cerrada durante los próximos 2 días, ya que se celebraría el rally anual en el lugar. Habíamos viajado hasta allí específicamente para hacer esta caminata y no pudimos hacerla.

Dado que no pudimos visitar el parque, nos dedicamos a los atractivos convencionales del lugar: la casa en el río Drina, el río Vrelo (el más corto de Europa con 365 metros) y la presa Perućac donde hay algunos restaurantes y es posible darse un baño.

Sin embargo, no todo estuvo perdido y llegar a Bajina Bašta nos abrió una posibilidad muy interesante: hacer un recorrido en bote por el río Drina para llegar a Bosnia y Herzegovina.

En Bajina Bašta nos alojamos en APARTMENTS IVANOViC.


Recomendaciones para viajar en Serbia

  • En Belgrado y Novi Sad nos sirvió mucho usar la aplicación Moovit, en la que podíamos ver las rutas de los buses y los horarios ¡fue nuestra salvación!
  • Para llegar a nuestro hotel, tomamos un autobús desde el aeropuerto. El conductor no nos cobró y vimos que en general nadie pagaba ni validaba sus boletos, nunca entendimos por qué. En el resto de los buses que tomamos en Belgrado y Novi Sad, el pasaje se pagaba directamente al conductor (en efectivo) y cada trayecto costaba un poco más de un dólar.
  • Los alojamientos tuvimos que pagarlos siempre en efectivo y coordinar con anticipación con los propietarios que nos esperaran para llegar. Pudimos pagar con tarjeta de crédito en los restaurantes y supermercados.
  • La comida es muy similar a la que encontramos en el resto de los Balcanes, en Belgrado hay una gran oferta de comida internacional, así que aprovechamos para diversificar un poco y tener más opciones.
  • Compramos una tarjeta SIM prepago de la empresa Yettel por menos de US$6 que nos permitía 2 semanas de uso (15 GB de datos + 20 GB para redes sociales).

Itinerario

  • Belgrado: 3 días.
  • Novi Sad: 3 días.
  • Bajina Bašta: 3 días.

Costos

  • Alojamiento: $39 promedio por noche.
  • Alimentación: $40 promedio por día.
  • Actividades: $15 por los dos para el museo de Nikola Tesla y $8 para el museo de Yugoslavia.
  • Transporte local: $60 en total para 9 días.

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