Bosnia y Herzegovina, el resurgir de una nación

26 de agosto a 5 de septiembre de 2023

Nuestro ingreso a Bosnia y Herzegovina (BiH) fue tan inesperado como lo que nos íbamos a encontrar en este territorio.

Visegrad

Cruzamos por el cañón del Río Drina desde Bajina Bašta en Serbia hacia Visegrad en BiH en medio de un bello paisaje adornado por grandes cadenas rocosas con un río serpenteante de color azul profundo. Solo las botellas plásticas apiladas en los pequeños remolinos que suelen formarse en las esquinas de las corrientes nos recordaban lo difícil que es en estos tiempos disfrutar de paisajes prístinos.

A nuestra llegada en Visegrad nos encontramos con un pequeño centro prefabricado en honor al famoso escritor y premio Nobel Ivo Andrić, que desde su escritorio en Sarajevo relató la historia de esta convulsionada región en el libro llamado un puente sobre el Río Drina. El puente, una vez destruido y por supuesto reconstruido hasta su forma actual une dos franjas de la población y más que eso, sirve como testimonio histórico de quienes han pasado por acá: romanos, turcos, austríacos, serbios, croatas.

Durante los dos días siguientes nos dedicamos a recorrer las calles de Visegrad sintiendo que nos estábamos impregnando de la cultura local, pero sin saber aún, que nos encontrábamos en la llamada República Sprska, una región autónoma poblada por Serbios y que, aunque hace parte de la BiH, tiene unos valores y fundamentos históricos bastante diferentes al de la mayoría de las personas que viven en lo que se conoce como la BiH Federal.

Sarajevo

Bastaron tres horas en bus público para llegar a Sarajevo. El país, aunque se transita de forma lenta debido a su terreno montañoso, es pequeño y puede recorrerse de punta a punta en algunas horas.

Sarajevo nos impregnó con su magia de forma fulminante. Es una ciudad amplia, pero la mayor parte de la acción sucede a lo largo de su centro histórico donde se encuentran los enclaves musulmanes, la influencia austriaca, los principales museos, los encantadores cafés y el famoso puente latino, donde fue asesinado el archiduque Francisco Fernando de Austria dando origen a la primera guerra mundial.

En cada esquina, detalle, calle, casa, edificio hay una historia por contar. Las atrocidades que se han cometido en este lugar pueden desgarrar a cualquiera y nosotros no fuimos la excepción. Sarajevo ha estado en guerra por muchos años, ha sido invadido y bombardeado múltiples veces. Sin embargo, el genocidio que se intentó cometer con el llamado Cerco de Sarajevo en el marco de la guerra entre Serbo-Bosnios y Bosniacos entre 1990 y 1996 es quizás una de la historias más atroces de nuestra era.

Sarajevo y su gente fue, por más de 4 años, sometida al hambre, frío, tortura y artillería constante por el ejército Serbo-Bosnio con el único fin de acabar cualquier vestigio de vida. De un día para otro se encontraron asesinando, violando, torturando a quienes eran antes sus amigos. No lograron acabar con todo. Los acuerdos de Dayton del 21 de noviembre de 1995, gracias a los esfuerzos de Estados Unidos, pusieron pausa a una guerra que hasta el momento no ha encontrado solución. Hoy, Sarajevo vive, se recupera y muestra su cara al mundo a pesar de la incertidumbre de que hay algo pendiente que aún no se ha solucionado y que la guerra puede estar a la vuelta de la esquina.

Nos dedicamos entonces a recorrer cada centímetro de ese bello centro, con sus cafés, mezquitas y deliciosa comida turca. Visitamos los museos del cerco de Sarajevo y el de Crímenes en contra de la humanidad y genocidio. No son muy buenos: aunque hay una buena recopilación de fotografías y artefactos de la guerra, no son muy hábiles en contar la historia de una forma lineal y amena. Los tableros con textos interminables más bien desconectados unos de otros, lo cual, en conjunto con el pequeño espacio del lugar, hacen que la visita sea más bien tediosa y agotadora.

Encontramos que la mejor forma de conocer la historia en su versión Bosniaca, es contratando un tour por la ciudad y los alrededores, por esto tomamos dos tours con la agencia Meet Bosnia, primero hicimos el recorrido gratuito caminando por el centro, en el que nos explicaron los principales puntos históricos y turísticos como la mezquita Gazi Husrev-beg, el Morića Han (antiguo lugar para que los viajeros de las caravanas descansaran), Sebilj (la plaza de las palomas donde se encuentra una de las fuentes antiguas), la calle de los artesanos del cobre, el City Hall, el puente latino (justo donde Gavrilo Princip, disparó de forma casi inadvertida al archiduque de Austria), las catedrales ortodoxas y cristiana, así como la sinagoga. En este tipo de tour se da al final una propina al guía.



Un par de días después tomamos otro tour con la misma empresa, llamado la Caída de Yugoslavia (25 euros por persona y cuatro horas de duración) y realmente fue espectacular. Comenzamos visitando la fortaleza amarilla desde donde pudimos divisar el barrio que usaban los francotiradores para atacar a la población de forma indiscriminada, una visita al túnel clandestino creado por el ejército Bosniaco para dar suministros a la población (el cual cruzaba debajo del aeropuerto) y un final magistral en la montaña Trebević donde están las antiguas pistas de los juegos olímpicos de invierno.

En diferentes lugares de la ciudad se pueden ver las marcas causadas por la explosión de morteros y proyectiles, las cuales se han pintado de rojo y se conocen como “las rosas de Sarajevo”, las huellas del cerco también se pueden ver en las paredes de muchos edificios.

  • Te recomendamos comer en ASDŽ Aščinica, tienen un menú tipo bufet que cambia todos los días con platos locales.
  • El mejor borek de la ciudad está en Buregdžinica Bosna, se trata de una pasta hojaldrada rellena de carne. También hay de queso o de papas (pero el nombre es diferente), todos se consiguen en este lugar, a muy buen precio (el de queso es nuestro favorito).
  • Para tomar el café bosnio tradicional, te recomendamos caffe Divan (dentro del Morića Han) y para un café occidental con un delicioso postre de tres leches ir a Ramis.
  • Y el mejor cepavi de toda la península de los balcanes está en Ćevabdžinica Nune.

Jajce

De Sarajevo, tomamos un desvío hacia Jajce. Una pequeña población que se da el lujo de ser la portada de la mayoría de las guías turísticas del país. No es para menos: el río que atraviesa su centro y culmina en un gran salto que forma un paisaje difícil de replicar.

Por si fuera poco, el lugar, río arriba cuenta con una serie de lagos, playas y cascadas bastantes agradables que bien pueden observarse tomando un taxi hasta la parte más lejana y regresando en una corta caminata poco más de 6 kilómetros. No hace falta describir mucho el lugar, pues las fotos hablan por si mismas.

La ciudad cuenta con algunas construcciones antiguas como iglesias, mezquitas y una antigua fortaleza. También hay un museo en el que se conmemora la creación la República Federal Socialista de Yugoslavia ya que en este lugar se firmó el acta de su fundación.

Mostar

Un par de días mas tarde, nos dirigimos hacia Mostar, la que es quizás una de las ciudades más turísticas de BiH. Al estar muy cerca de la frontera con Croacia, es un destino interesante para los miles de turistas que visitan las costas adriáticas, especialmente Dubrovnik. Tan es así, que la moneda principal ya no es el Marco sino el Euro, naturalmente con el incremento en precios que esto significa.

El gran puente de Mostar es el principal atractivo turístico de la zona. Famoso por ser el punto de conexión entre la población musulmana y cristiana, y por haber sido derribado por fuerzas Bosnio-Croatas durante la guerra de BiH en el año 1993, el puente luce monumental. En medio de la muchedumbre de turistas, vendedores y atrevidos clavadistas que por algunos euros se lanzan por los 24 metros de vacío, el pequeño memorial de su año de destrucción pasa casi inadvertido ante la mirada de miles de turistas muchos de ellos sin conocer la convulsionada historia de este lugar.

Dedicamos un día entero a tomar un tour con la compañía Mostar & Travel Tours que por 80 euros nos dio un buen recorrido por los principales atractivos de la región. Comenzamos yendo a un mirador desde el que se podía ver la ciudad y donde encontramos una pasarela de vidrio.

Después visitamos Blagaj donde encontramos el monasterio Dervis y el nacimiento del río Buna, después vimos el canal donde se une de forma majestuosa con el río Neretva.


Exploramos las ruinas de Pocitelje y nos dimos un baño en las gélidas aguas de las cataratas Kravica.


Terminamos en el memorial de víctimas de guerra en Outdoor Mostar War Museum.

Al igual que Sarajevo, Mostrar fue sometido a las desidias de la guerra, con artillería pesada y francotiradores que acribillaron a la población. Para empeorar las cosas, el ejercicio federal se vio en algún momento atacado por fuerzas Serbias y Croatas de forma simultánea. Ambos flancos de la montaña ensañados con una población juzgada por su religión y por las acciones de sus antepasados, los Turcos Otomanos.

Esmer, nuestro guía, respiraba el conflicto a flor de piel. Para él, cuyo padre había sido víctima de los campos de tortura y había sido obligado a deambular con su madre y hermanos por dos semanas hasta encontrar refugio con sus partidarios, los tribunales de guerra habían sido insuficientes y lamentaba que criminales Serbo-Bosnios y Croatas fueran vistos como héroes de guerra en las escuelas del otro lado del puente. Sentimos sus palabras como propias y compartimos su frustración de vivir en un conflicto aún no resuelto. Esmer realmente logró conmovernos.

Recorrido

Este fue nuestro itinerario en el país:

  • Visegrad: 2 días.
  • Sarajevo: 4 días.
  • Jajce: 2 días.
  • Mostar: 3 días.

Costos

Estos son los valores promedio para nuestro viaje en septiembre de 2023. Todos los valores están en dólares de Estados Unidos (a menos que se indique lo contrario).

  • Alojamiento: $38 promedio diario.
  • Alimentación: $29 promedio diario.
  • Actividades: $270 total por 11 días.
  • Transporte: $160 total por 11 días.

Dejamos BiH sintiendo que quizás este podría ser uno de los países que más nos ha marcado hasta ahora en este recorrido. No solo por su gente amistosa y paisaje montañoso, irregular y al mismo tiempo exuberante, sino también por la conexión que sentimos al vivir ambos en medio de un conflicto aún palpitante y del que aún se requiere un claro desenlace para poder escribir una historia final que pueda ser contada a las generaciones venideras.

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