La autopista Pamir, nuestro recorrido por Tayikistán

Del 23 al 28 de septiembre de 2023

Cuando empezamos a diseñar nuestro itinerario por los “istanes” no teníamos claro cómo sería nuestro paso por Tayikistán. Según los blogs en internet y las consultas que hicimos a algunas agencias, no sería una época propicia para visitar las montañas Fann, el principal destino de senderismo del país, así que estábamos considerando un paso corto por la capital en nuestra ruta entre Kirguistán y Uzbekistán.

Sin embargo, mientras discutíamos con Azi del CBT de Osh nuestra caminata por el Valle de Alay, surgió la opción de hacer un recorrido por la autopista Pamir que en principio nos sonó bastante interesante. Este recorrido implica contratar a un conductor con un vehículo 4×4 ya que la ruta es bastante exigente, para obtener un buen precio, lo ideal es que sea un grupo de 4 personas, Azi escribió nuestros nombres en un tablero a la espera de que otros viajeros que quisieran unirse.

Mientras tanto, nosotros caminábamos por las montañas de Kirguistán y esperábamos que nos aprobaran la visa para poder entrar a Tayikistán. El trámite nunca fluyó, inicialmente cometimos el error de pedir el documento en una página desactualizada y después simplemente nos pidieron más documentos. Después de pagar para que agilizaran el trámite, obtuvimos la visa el día antes del viaje.

Día 1: De Tulpar Lake (Kirguistán) a Karakul (Tayikistán)

Una vez terminamos nuestra caminata en Traveler’s Pass, el conductor nos estaba esperando. Emprendimos el recorrido en compañía de Iris (de Croacia) y un par de horas después en un hostal de un pueblo cercano recogimos a Cederic (de Francia). La frontera entre Kirguistán y Tayikistán llevaba cerrada varios años por los conflictos que han tenido ambos países (debido a una pelea por el agua) y se abrió apenas unas semanas para los turistas.

Conduciendo por una vía solitaria que al fondo nos dejaba ver la cadena montañosa que separa ambos países, llegamos a la frontera para salir de Kirguistán. El proceso fue relativamente sencillo, aunque nos pidieron la visa de entrada al país y revisaron nuestro equipaje en dos ocasiones. Apenas cruzamos, vimos en la carretera a Islam, un chico de Kazajistán que estaba echando dedo para que alguien lo llevara. Cederic lo reconoció porque se habían conocido en el hostal y le pedimos al conductor que parara para llevarlo: nos contó que en todo el día no había visto más viajeros y si no lo hubiéramos recogido la habría pasado muy mal en ese camino desolado cuando apenas quedaban algunas horas de luz.

Faltando algunos kilómetros para la frontera de Tayikistán, el conductor se detuvo y nos indicó que debíamos pasarnos a otro vehículo que estaba esperándonos, allí conocimos a Nurbek quien sería nuestro conductor por el resto de los días. La frontera en Tayikistán era mucho más básica, un chico joven anotó nuestros datos en un cuaderno después de revisar la visa que llevábamos impresa y en un par de horas (cuando ya era de noche) llegamos a la villa de Karakul, nuestro destino de la jornada.

Al llegar me llamó la atención que las pocas casas del pueblo estaban sin luz. En nuestro alojamiento (Homestay Aigerim) había electricidad pero nos informaron que apagarían todo a las 9 de la noche, nos asignaron un par de camas en una habitación compartida y nos mostraron donde quedaba el baño, se trataba de una construcción por fuera de la casa que compartían entre los vecinos. Nos calentaron agua en un horno de leña para bañarnos y nos ofrecieron una cena a base de dumplings y sopa.

Día 2: De Karakul a Yashikul

Después de desayunar en nuestro alojamiento nos dirigimos hacia el lago Kara (la terminación kul significa “lago”) en donde lo que más nos llamó la atención fue ver la acumulación de sal en la orilla. El plan del día era conducir hasta una villa llamada Alichur, atravesando el paso más alto de la autopista (Akbaital a 4655 m. s. n. m.) y con una parada en Murgab.

La autopista Pamir es una carretera de dos carriles que va bordeando la frontera de Tayikistán. En esta parte del recorrido una cerca a pocos metros separa lo que es el límite con China. Según pudimos averiguar, la frontera real está en la cima de la montaña, pero para efectos prácticos (y seguramente con algún dinero depositado en Suiza) el presidente cedió aproximadamente 1100 km cuadrados de su territorio al país vecino.

En Murgab esperábamos encontrar una ciudad un poco más desarrollada que Karakul, en la que pudiéramos comprar una SIM para el celular y sacar dinero, pero no había ningún cajero electrónico y al ser domingo el comercio estaba cerrado. Nurbek nos llevó al “mercado” donde algunos contenedores servían como tiendas, aunque la mayoría estaban cerrados. Allí él negoció con algunas personas para que nos cambiaran dólares por somonis y después nos llevó a comer al único restaurante que vimos en todo el pueblo en el que había dos platos (una sopa o un pincho con carne molida). El ambiente era bastante deprimente, las únicas construcciones que tenían alguna infraestructura moderna eran las sedes militares o de gobierno, en las que invariablemente se exhibían fotografías en tamaño gigante del presidente Emomali Rahmon quien está en el poder desde 1994 (siendo reelegido en cinco oportunidades).

Saliendo de Murgab visitamos un centro de rehabilitación de los leopardos de las nieves y desde allí nos dirigimos hacia Alichur, sin embargo Nurbek nos propuso quedarnos en un campamento de yurts donde había unas aguas termales. Decidimos seguir su consejo y en el camino pasamos por un par de lugares curiosos: un manantial de agua mineral y un pequeño géiser. En el campamento de yurts dormimos en una habitación convencional y en la noche aprovechamos para relajarnos un rato en la piscina de aguas termales.

En diferentes oportunidades tuvimos que parar para que las autoridades revisaran nuestros permisos para transitar por la región GBAO que es la designación que tiene la zona autónoma en la que nos estamos moviendo. Este permiso lo solicitamos en conjunto con la visa y nuestro conductor sacó fotocopias que tuvo que ir entregando en varios puntos del recorrido.

Día 3: De Yashikul a Langar

Salimos del campamento de yurts y visitamos algunas lagunas que se encuentran en la zona (Bulunkul y Yashylkul) los cuales vimos desde algunos miradores.

Regresamos a la vía principal para pasar por el paso Kargush y unos kilómetros después nuestro conductor nos indicó el lugar en el que podíamos hacer una caminata hacia un lugar conocido como Panorama Ridge (a 4800 m. s. n. m.). En un día soleado desde allí se puede observar la cordillera en todo su esplendor y admirar al otro lado del río las montañas de Afganistán, sin embargo el día estaba bastante nubado y aunque tuvimos bonitas vistas había mucho viento. Hicimos la caminata en dos horas y medias y, al regresar al vehículo, Nurbek nos ofreció un picnic con pan, yogurt y huevo duro, ya que en el resto del recorrido no encontraríamos un restaurante para comer.

La carretera en esta sección bordea el río Pamir por el valle Wakhan y está en muy mal estado: despavimentada, estrecha, con muchos huecos y al lado de algunos precipicios. Nurbek por momentos tenía que utilizar toda su destreza mientras nosotros pasábamos de la admiración por la belleza del lugar al asombro por las dificultades para transitar. Durante un buen recorrido no había ninguna población, en algunos momentos veíamos una que otra casa (la mayoría abandonadas) y nos sorprendió encontrarnos con grupos de ciclistas en una carretera tan poco atractiva y difícil.

Llegar a Langar es cambiar por completo el paisaje desértico que nos venía acompañando durante los últimos días. Empezamos a ver manchas verdes alrededor del río que después se convirtieron en bosques con árboles frutales y finalmente una población llena de vida. Nos hospedamos en un guesthouse en el que tuvimos una habitación privada, con baño compartido.

Día 4: De Langar a Khorog

Este día estuvo mucho más enfocado en conocer puntos históricos de la región, estuvimos en una estupa, el museo Wakhan House de Mubarak Kadam Wakhani un músico y astrónomo sufi que vivió en este lugar y cuya casa (del estilo pamir) se ha conservado a lo largo del tiempo, en ella se combinan los principios de Zoroastro, el islam y las religiones monoteístas bajo el mismo espacio. La casa es atendida por un descendiente directo del maestro sufi quien además tocó algunos instrumentos típicos para nosotros.

Visitamos a continuación la fortaleza Yamchun, donde se encuentran algunas ruinas del castillo que existió en su momento y la siguiente parada fue en las aguas termales de Bibi Fatima, en las que encontramos habitaciones separadas para hombres y mujeres (ya que se hace el baño desnudos).

Una vez llegamos a Khorog, visitamos el jardín botánico de la ciudad en el que resaltaban los manzanos y terminamos el día cenando en un restaurante de comida india.

Día 5: De Khorog a Darvoz

Nurbek nos pidió que estuviéramos listos temprano y comenzamos el recorrido por una vía que al fin parecía una autopista: cuatro carriles y un buen asfalto nos hicieron pensar que ya habíamos pasado las partes más difíciles. El paisaje seguía siendo interesante: al otro lado del río podíamos ver las pequeñas villas de Afganistán y algún pueblo un poco más grande de vez en cuando, las montañas se elevaban enormes y nos parecía que la carretera del país vecino estaba en peores condiciones de las que habíamos vivido.

Sin embargo, Nurbek lucía preocupado. En uno de los controles de la carretera nos sugirió ir al baño (que resultó ser una letrina tan desagradable que fue imposible usarla) mientras él compraba algo de pan en un restaurante. A las 11:40 de la mañana entendimos por qué nuestro conductor quería apurar la jornada: una fila de más o menos 20 vehículos se estaba formando en un lugar en el que algunas máquinas arreglaban la carretera. Según nos explicó, la vía estaría cerrada todo el día, a excepción del momento en el que los trabajadores pararan a comer, por lo cual él mismo improvisó para nosotros algunos alimentos y nos pidió que estuviéramos preparados para arrancar en cualquier momento.

Y pasó una hora y pasaron dos. Escuchamos algunas explosiones y luego vimos a las máquinas removiendo las rocas hacia el río. Finalmente nos dieron paso y la fila de vehículos se convirtió en un pequeño rally en el que todos intentaban alcanzar la primera posición para evitar el rastro de polvo que cada quien iba dejando detrás. Estábamos contentos de continuar hasta que llegamos a otro lugar de construcción y después a otro y tal vez a otro más. La carretera era un collage de tramos amplios y pavimentados con pedazos en pésimas condiciones y sin asfalto. Por algunos momentos sentí que el recorrido era muy peligroso por la poca visibilidad, el mal estado de la vía y la cantidad de vehículos, con los ojos cerrados confié en que Nurbek era un experto y sabía sortear la situación.

Día 6: Kalaikhum to Dushanbe

Empezamos este recorrido con la feliz sorpresa de que la carretera estaba bien pavimentada. Durante un buen tramo seguimos bordeando la frontera con Afganistán siguiendo el río Panj. Al desviarnos hacia el interior del país, paramos en Chaikana para comer y luego visitamos el palacio Hulbuk que se encuentra en restauración. No hay mucha información sobre el palacio, se dice que fue construido por los samánidas.

Siguiendo nuestro recorrido, paramos en un mirador para ver el lago que dio origen a la presa Nurek (la más alta del mundo) y llegamos a Dusambé (Dushanbe en inglés), la capital del país, donde nos recibió una ciudad moderna, con grandes avenidas y edificios.

Nuestro recorrido por la autopista Pamir estuvo llena de momentos especiales, de conversaciones diversas con Iris y Cederic, de risas al intentar comunicarnos con Nurbek, de montañas enormes, de una frontera llena de dolor y de los contrastes de un país del que no conocíamos nada y en el que cada persona nos acogió con gran amabilidad.

Mapa de la ruta (incluyendo el hiking por El Valle de Alay en Kirguistán)

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