Camino al cielo en el Qinghai – Tibet railway

[30 de septiembre de 2011]

Nos encontramos en una pequeña cabina para 4 personas del tren que viaja desde la ciudad de Xining hacia Lhasa, la capital de la provincia del Tíbet en la República Popular China. A mi alrededor hay un paisaje blanco por una cadena de montañas nevadas, mientras que a lo lejos, en la planicie, vemos las primeras manadas de antílopes tibetanos.

Nuestra cabina en primera clase
Nuestra cabina en primera clase

El Qinghai – Tibet Railway es considerado por los expertos como una maravilla de la ingeniería. En su recorrido de 1.900 kilómetros desde la ciudad de Xining hasta Lhasa, debe sortear grandes cadenas montañosas en medio de un terreno inestable y húmedo que puso en reto a los mejores ingenieros. Parte se su recorrido debió construirse suspendido en puentes sobre el permafrost y en otros tramos se hizo necesario la implementación de un sistema de enfriamiento para, en verano, mantener el terreno estable. El reto final, fue sortear el paso Tanggu a 5.072 metros de altura, lo que le valió el título de el tren más alto del mundo.

El restaurante del tren, aunque se ve bueno en la foto, era medianamente incomible
El restaurante del tren, aunque se ve bueno en la foto, era medianamente incomible

Durante la planeación de este viaje, la llegada al Tíbet y el cruce desde esta región hacia Nepal siempre se mantuvo con una gran interrogante. Habíamos leído de este tren, pero sabíamos que para abordarlo cualquier extranjero debía tener un permiso especial para ingresar a lo que ellos llaman la Región Autónoma del Tíbet. Por otro lado, nos parecía confuso, estando una vez en Lhasa, salir hacia la frontera con Nepal. Más tarde, leyendo en algunos foros de internet, nos enteramos que para hacer el viaje debíamos contratar una compañía autorizada para que nos gestionara el permiso e hiciera con nosotros la travesía de 900 kilómetros entre Lhasa y Zhangmu, la frontera nepalí. Ese fue el inicio de esta aventura.

Tras una larga búsqueda de más de dos días en un hotel de Bangkok en Tailandia, decidimos por costos, recomendaciones de otros viajeros y sentido común, contratar la compañía Tíbet Highland Tours quienes por un precio similar al de otras compañías que ofrecían el paso en grupo, nos propuso hacerlo de una forma privada. Cerramos un acuerdo por 1.200 dólares que incluía 8 días de guía y 6 días de Land Cruiser con su respectivo conductor. Los costos de acomodación, comida y permisos de entrada estimados en unos 400 dólares por persona debían correr por nuestra cuenta. A este precio debíamos sumarle la llegada a Lhasa para lo cual decidimos tomar un avión de 90 dólares por persona desde Xian a Xining y una vez allí tomar el tren a un exhorbitante precio de reventa de 215 dólares por persona. Hay que aclarar que en esta época en la que China celebra la constitución de La República, los tiquetes de tren no son nada fácil de conseguir y las mejores posiciones llegan, a través de un mercado corrupto de oficiales, a revendedores que hacen de las suyas con los turistas como nosotros. Sin embargo, y pese a que el tiquete de avión hubiese podido costar lo mismo, Alex y yo tomamos la decisión de embarcarnos en el tren por lo espectacular de su recorrido. Cuándo más tendremos la oportunidad de atravesar montañas nevadas a 5.000 metros de altura en medio de un vagón de tren?

El viaje en el tren transcurrió muy cómodamente al lado de nuestros compañeros de cabina, dos Búlgaros que vivían hace año y medio en Beijing trabajando para una compañía que fábrica sistemas de generación de energía eólica. El diseño del tren me recordó al Tazara, pues pese a estar en mejores condiciones y a ser muchi más nuevo, siendo ambos de fabricación china poseían un esquema de diseño bastante similar. A diferencia del Tazara, este tren era bastante silencioso, razón por la cual pude pasar una noche muy tranquila en medio del pequeño camarote. El horario de salida del tren, 10 de la noche desde la ciudad de Xining, está diseñado para que los mejores paisajes puedan ser disfrutados durante las horas del día. Así, a la mañana siguiente pudimos apreciar un paisaje hermoso colmado de montañas nevadas y en sus pasos más altos, de algunos glaciares que se dejaban apreciar a lo lejos. Fue un recorrido tan ameno que en mi mente pasaron sólo unas horas cuando sin darme cuenta el tren se detenía, 23 horas después de haberlo abordado, en la estación de la misteriosa Lhasa.

Aquí les dejo algunas fotos de esta travesía. Impresionantes no?

Las primeras imagenes del plateau tibetano, un gran desierto
Primeros signos de nieve en las montannas

Saludos,

David P

 

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  1. Responder

    maria t

    excelente, muy buenas fotos, y tienes talento para escribir

    1. Responder

      David P.

      Maria T, escribir es algo que he ido descubriendo poco a poco. Desde mi niñez que solía escribir cuentos no lo hacía.

      Gracias por estar pendiente de nuestras crónicas.

      Un abrazo,

      David P

  2. Responder

    Andrea

    Davico IMPRESIONANTE!!.. disfruto tanto sus escritos!..GRACIAS por compartir con tanto detalle sus aventuras..

    1. Responder

      David P.

      Andre. Besos. Me haces falta.

  3. Responder

    Alexandra castrillon

    Que hermosura de paisajes,es increible,que dicha para ustedes conocer tantisimas cosas y tan diferentes, felicitaciones.

  4. Responder

    Mónica

    Qué hermosas fotos! Y qué travesía tan espectacular! Quiero irrrr!

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