El Tongariro Pass

Tongariro, 25 de marzo de 2017

La mañana estaba fría, muy fría. Habíamos pasado la noche en uno de los campamentos del departamento de conservación ubicado en un claro del bosque a unos pocos minutos de la entrada al parque natural. Allí estábamos, 8 de la mañana, atiborrados en el bus que nos llevaría al lugar del gran cruce. Entre las nubes, en alguna parte, estaba la montaña. Aquella que inspiró a Peter Jackson para dar vida a uno de los lugares más míticos creados por Tolkien, allí estaba Mordor. Ese día no hubo caminada, hubo frío, lluvia, nieve y a pesar de que contábamos con todo nuestro equipo de montaña, hubo una seria advertencia de no ir. El clima podría poner en riesgo nuestra seguridad. Tongariro, la tierra de Mordor, se había escapado, por esta vez de nuestras manos (en este enlace te contamos la historia).

El inicio del camino KM 0
El inicio del camino KM 0

Y aquí estábamos. 5 años después en las puertas del Tongariro National Park para culminar o más bien iniciar, lo que habíamos dejado pendiente 5 años atrás. Con un clima casi perfecto, esta vez mucho más cálido que la vez anterior y con una visibilidad de varios kilómetros, podíamos apreciar desde el Mangatepopo Carpark los volcanes Pukekaikiore y Tongariro como El Monte Ngauruhoe. Esta vez, nos invitaban a recorrerlos.

La primera parte de la caminata por la pasarela
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Los primeros kilómetros del camino fueron fáciles y agradables casi en su totalidad sobre una plataforma de madera. Luego de Soda Springs, comienza un delicado ascenso que pudimos sortear sin ninguna dificultad hasta llegar al Cráter Central que se extiende por unos dos kilómetros. Hasta allí, la gran cantidad de turistas y el escueto paisaje le habían quitado un poco el encanto a este famoso recorrido.

El ascenso continuó hasta el Cráter Rojo donde, en el punto más alto, se pudieron ver los Lagos color esmeralda. El intenso viento helado no hizo que dejáramos de admirar la belleza del lugar como también de comprender que volver hasta allí para apreciar de cerca el centro de un volcán, había valido la pena. Dicen que los volcanes le han dado vida a este planeta a través de muchas formas. Erupciones magníficas han causado extinciones masivas hace millones de años y más recientemente catástrofes espantosas a nuestra pequeña especie humana. Al apreciar este terreno hostil, completamente estéril, parece contradictorio que su producto sea en gran medida el que, con sus nutrientes, haya hecho posible la germinación de la vida en este planeta.

Nuestro camino continuó por unos 5 kilómetros sobre el paso de montaña hasta el gran Lago Azul que nos indicó el camino de descenso. Un almuerzo frugal en el Ketetati Hut y un plácido camino por el bosque dieron punto final a este camino de 20 kilómetros en Ketetati Carpark.

El camino de descenso
El camino de descenso

Por sus paisajes desérticos, sus montañas y volcanes sagrados, sus lagunas de colores y su extraño ecosistema que parece fuera de este mundo, el Tongariro Alpine Crossing es una experiencia muy recomendada.

Ngauruhoe + nosotros
Ngauruhoe + nosotros

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  1. Responder

    Alexandra Salazar

    Hermosos paisajes, como siempre me transportan a esos bellos lugares. Un abrazo David & Alex

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