Xuankong Temple

Descubriendo la China antigua

[Datong, Pingyao, Luoyang – Septiembre 19 al 25]

Buscando nuestro camino hacia Xi’An decidimos hacer pequeñas paradas en la ruta y elegimos este camino sugerido en la guía Lonely Planet de China (con algunas modificaciones): Datong, Pingyao, Luoyang.

Desde Beijing tomamos un tren en el que tuvimos “hard sleeper”, lo que básicamente significa una cabina con 6 camas. Allí empezamos a enfrentarnos seriamente con las barreras de comunicación que experimentaríamos después, éramos los únicos occidentales en el tren y ninguno de nuestros compañeros cercanos hablaba inglés.

David durmiendo en hard sleeper
David durmiendo en hard sleeper

 

Aunque China tiene una amplia red de trenes, conseguir los tiquetes es una pequeña odisea. Los empiezan a vender 10 días antes y al parecer hay una mafia que compra todos los cupos de “soft sleeper” (cabinas de 4 personas) para revenderlos. Nosotros fuimos a la estación “Beijing West” desde el primer día que llegamos a China, allí buscamos una ventanilla que decía “English” y compramos los tiquetes.

La ruta de 6 horas nos costó 20 dólares cada uno. Aunque no era un tren de lujo y estaba algo sucio, todo salió bien. Algo que nos pareció un poco difícil es que todo el mundo tira la basura al piso, especialmente las cáscaras de unas semillas que son muy populares.

Una vez llegamos a Datong tomamos un taxi hacia el hotel (Datong Yun Gang International) que habíamos reservado usando ctrip.com (página muy recomendada para viajar por China), resultó ser un hotel 5 estrellas, por unos 40 dólares la noche. Salimos a buscar algo de comer y recorrimos un poco el centro de la ciudad. Nos impresionó la cantidad de bicicletas eléctricas, algunas con unos diseños divinos, tanto que nos dieron ganas de comprarnos una para nosotros. En Datong empezó lo que sería parte de nuestra terrible dieta China: KFC, en algunos lugares la comida local lucía muy extraña para nosotros y esta cadena de comidas está en todo el país.

Al día siguiente tomamos el desayuno bufete del hotel, con una gran variedad de comida China para elegir. Es extraño para nosotros tener un desayuno que más bien parece un almuerzo con muchas verduras, sopas, noodles… Aunque el hotel incluía algunas opciones occidentales, la gran mayoría eran comidas locales. Aquí sí que hemos extrañado el queso, sólo se ve en la pizza o en las hamburguesas, en los supermercados apenas hay algunas pocas opciones y los precios son bastante altos.

En el hotel nos ayudaron con las instrucciones para llegar al monasterio colgante (Xuankong Temple) y escribieron en chino las indicaciones importantes por si teníamos que preguntar en la calle. Tomamos un taxi hasta la estación de buses y luego un bus hacia Hunyuan. Un poco confundidos por la información que leímos en la guía Lonely Planet y la que nos dieron en el hotel, nos bajamos donde nos indicó el conductor del bus y allí había un taxi que nos llevó al monasterio por 30 Yuan (algo menos de 5 dólares). La realidad es que es posible seguir hasta la estación de buses y bajarse allí, pero en el hotel ya nos habían dicho que esto costaba el taxi y la guía decía que cuando no había suficientes turistas el bus no llegaba hasta el final (y éramos los únicos turistas).

El horario de los buses, nos quedó muy claro!
El horario de los buses, nos quedó muy claro!

Cuando se llega al monasterio es impactante. Se trata de una edificación construida por los monjes en un acantilado, en el siglo VI usando sólo madera. El ingreso nos pareció algo costoso (120 Yuan cada uno ~ USD20) pero ya habíamos recorrido un largo camino hasta allí. Una vez se sube al monasterio, se recorren diferentes habitaciones, unidas entre sí por puentes o balcones, donde se conservan además algunas imágenes budistas. Es un lugar realmente increíble que nos gustó muchísimo.

Xuankong Temple
Xuankong Temple
Xuankong Temple
Xuankong Temple
Xuankong Temple
Xuankong Temple
Xuankong Temple
Xuankong Temple
Xuankong Temple
Xuankong Temple

Al terminar la visita buscamos un taxi para hacer el mismo recorrido a la inversa. El personaje que nos había llevado en primer lugar nos pidió 50 Yuan y había un bus directo hasta Datong por 100 Yuan cada uno! Ya estábamos dispuestos a caminar hasta la estación de buses cuando el taxista accedió a llevarnos por los mismos 30 Yuan iniciales.

Cuando llegamos a Datong eran cerca de las 4 pm y nos dimos cuenta que no tendríamos tiempo de visitar otro lugar importante (Yungang Grottoes), sin embargo recorrimos un poco más de la ciudad y nos pareció que está en un proceso de transformación importante. La parte central la están remodelando, dándole un “aire” antiguo a las construcciones, pero se trata de algo de grandes proporciones, hay una parte que ya está completa y se ve muy agradable. La parte residencial de la ciudad está llena de urbanizaciones similares a las que se ven en el sector El Salitre en Bogotá, pero con edificios más altos.

Datong centro de la ciudad
Datong centro de la ciudad
Datong centro de la ciudad
Datong centro de la ciudad

Al día siguiente salimos hacia Pingyao en el tren de las 6 am, pero esta vez teníamos “Hard Seat”. Se trata de sillas que no se pueden recostar, por lo que las 8 horas fueron un poco incómodas. Nuestros compañeros de puestos se veían mucho más rurales y no sabían leer todos los anagramas (símbolos de escritura chinos), sin embargo eran personas amables que nos compartieron algo de su comida y se reían de nuestra incapacidad de entender lo que nos decían.

En Pingyao nos esperaba alguien del hostal que reservamos. El centro de la ciudad es patrimonio Unesco de la humanidad y es completamente peatonal. Se dice que conserva la arquitectura propia de las dinastías Ming y Qing y hay muchas casas que se pueden visitar como si fueran museos (aproximadamente 4,000 residencias en toda la ciudad son de la época de las dinastías). Venden un pase de dos días para ingresar a los lugares más representativos y a la muralla pero a David lo cogió una gripa terrible y preferimos recorrer la ciudad con calma y descansar un poco.

Nuestro hostal estaba ubicado en la zona peatonal del centro, en una construcción tradicional Qing y nuestra cama conservaba la forma antigua: una plataforma en cemento, de pared a pared, cubierta por un colchón.

Nuestra habitación de hotel en Pingyao
Nuestra habitación de hostal en Pingyao

Caminar el centro de Pingyao realmente es transportarse a otra época. No hay una sola construcción que desentone con la arquitectura tradicional y las calles principales están llenas de anticuarios, zapaterías, fábricas de dulces o simplemente venta de souvenirs.

Pingyao
Pingyao
Pingyao
Pingyao
Pingyao
Pingyao
Pingyao
Pingyao
Pingyao, el patio de una casa cualquiera
Pingyao, el patio de una casa cualquiera
La muralla de Pingyao
La muralla de Pingyao
La muralla de Pingyao
La muralla de Pingyao
La muralla de Pingyao
La muralla de Pingyao
Bonsais en Pingyao
Bonsais en Pingyao
El Che en Pingyao
El Che en Pingyao
"Arepas" chinas en PIngyao
“Arepas” chinas en PIngyao

Muchos turistas se quejaban de que salir de Pingyao era muy complejo. En nuestro caso tuvimos que tomar un bus a Taiyuan (2 horas) y de ahí otro bus (en otra estación) a Luoyang (7 horas).

En este recorrido pudimos ver cómo los chinos han construido una increíble red de carreteras sin quejarse (como nosotros) de la geografía llena de montañas. Como dice David, queda demostrado que sí se pueden hacer carreteras en una cordillera, el problema es que en nuestro país los corruptos nos han dicho lo contrario para poder robarse hasta 10 veces el valor de los proyectos. Lo que hacen acá es definir a qué altura de la montaña hacen la carretera y combinan túneles y puentes para que sea una gran autopista.

Luoyang nos recibió con unos taxistas ambiciosos que querían cobrarnos el doble de lo que valía el recorrido según lo que nos habían dicho en el hostal. Lo peor es que cada vez que parábamos un taxi y estábamos a punto de conseguir la tarifa correcta, aparecía el personaje inicial y nos dañaba el negocio! Tuvimos que alejarnos un poco para poder llegar a un acuerdo con un taxista.

En este hostal empezamos a ver un “estándar” para este tipo de alojamiento: paredes llenas de graffiti hechos por los huéspedes, una mesa de billar, información de los otros hostales del país, lockers y casi invariablemente un gran letrero escrito en la pared: “Life is backpacking”.

El mercado nocturno en Luoyang
El mercado nocturno en Luoyang
El mercado nocturno en Luoyang
El mercado nocturno en Luoyang

Al día siguiente salimos hacia Longmen Grottoes, donde se pueden apreciar más de 100,000 imágenes de Buda talladas en la roca de las grutas. Este trabajo se inició en el siglo V y durante más de 200 años se fueron añadiendo imágenes hasta llegar al complejo actual, un trabajo definitivamente de grandes proporciones.

Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes
Longmen Grottoes

De Luoyang tomamos el tren rápido hacia Xi’An y terminamos nuestra pequeña maratón de una semana en esta región del país. Nos llevamos la imagen de lugares maravillosos que nos impactaron por la gran historia que contienen. No es la región más fácil para viajar en China ya que son pocos los occidentales que llegamos hasta acá (y menos los que lo hacemos de manera independiente) pero bien vale la pena salirse de las grandes ciudades y conocer estos pequeños tesoros de la humanidad.

 

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  1. Responder

    Mónica

    Qué buen relato y qué hermosos y diferentes lugares conocieron! Tienen razón, los hostales tienen características similares, no me había percatado! Espero las historias de Nepal! Besos!

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