Lo bueno, lo malo y lo feo

Ya hemos hablado un poco de lo bueno que hemos encontrado en nuestras primeras 5 semanas en Africa: lugares fascinantes donde la vida salvaje se abre paso de manera libre y en todo su esplendor.

También están las cosas malas (quedándose corta la palabra) como la explotación, la esclavitud y la discriminación, que de una forma tan dolorosa se han instalado en esta parte del mundo.

Así es que nos falta contarles de lo “feo” que hemos vivido en estos días. Muchos dirán que es parte de la experiencia, y claramente así lo hemos asumido, pero hay momentos en los que hemos querido teletransportarnos y volver a Bogotá YA, y todas se han juntado mientras estamos en Dar Es Salaam (Tanzania).

– Los “touts” (en Tanzania): son una completa pesadilla. Son personas que acosan a los turistas en las calles queriendo obtener una comisión por vender los tiquetes del ferry, traer la comida, dar información sobre un lugar de interés o lo que sea. No habría nada malo en ello si no fuera porque son realmente intensos, no aceptan un NO por respuesta (en ningún tono, créanme), en Stone Town hubo uno que nos siguió por lo menos una hora, no importaba si entrábamos a un lugar, nos esperaba en la puerta.

– Las no-filas (en Tanzania): así como lo escribo, no hay filas. Básicamente es el reino del más fuerte, el que más grite, el que más empuje (nada bueno cuando uno mide 1.60 y no habla el idioma local).

– La sensación de inseguridad: digo sensación porque no hemos visto ni nos ha pasado nada malo, pero todas las guías, sitios web, viajeros y locales que nos encontramos, nos dan los mismos consejos: no caminar lejos de las calles principales y nunca caminar en las noches (a excepción de Botswana donde no hay crimen). A esto se suma que las calles están muy mal iluminadas y que las aceras son casi inexistentes.

– La comida de mentiras: suelo leer las etiquetas de la comida (ya sé, estoy loca) y acá nada es lo que parece. La leche, es leche en polvo con agua y crema; el yogurt de fresa (o de lo que sea) no tiene nada de frutas, todo son saborizantes; los jugos son mezclas de concentrados que supuestamente algún día tuvieron frutas (???); las galletas, los cereales, los enlatados… Casi nada es lo que dice ser. Comida barata pero que no nutre.

– La basura: no sé si es la falta de canecas, de civismo o las dos cosas, pero hay basura en todos lados y a nadie le importa tirar los desperdicios a la calle… Y nadie recoge después. En casi 3 días que estuvimos en Francistown vimos una rata muerta en descomposición en el mismo lugar, afuera de un salón de belleza.

– La poca cultura de servicio: es triste no sentir que la gente hace las cosas con verdadero interés y que sólo las hace por dinero, limitándose a hacer lo estrictamente necesario.

– En Dar Es Salaam, con aproximadamente 3 millones de habitantes no hay semáforos, el caos vehicular de Bogotá es una pista de carritos comparados con esto, además el peatón no tiene derecho alguno y más de una vez nos han “tirado” el carro, la moto o la bicicleta.

– No hay espacios públicos: los parques (en las zonas en que hemos estado) brillan por su ausencia.

Sin duda muchas de estas cosas pasan en nuestro país, en algunos lugares más que en otros, pero cuando pasan todas al mismo tiempo de alguna forma “lastiman” y hacen que el deseo de estar en casa sea mayor. Parte de la experiencia, queríamos compartirlo porque no estaría bien sólo contar las cosas buenas, aún así “al mal tiempo, buena cara” y esperamos seguir descubriendo todas las cosas maravillosas de este continente.


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  1. Responder

    Beatriz Palacino

    Cómo los siento tan inquietos y rebosados de muchas inquietudes, quiero tambien compartir otro autor que me fascina, para entender por qué tenemos que vivir LO BUENO, LO MALO Y LO FEO… EL ES NORBERT ELIAS. adjunto apartes de un articulo que retoma el significado de su trabajo.

    Norbert ELIAS: “fue sobresaliente su excepcional interés en comprender por qué los humanos se comportan como lo hacen, lo cual se hace evidente en el conjunto de su obra con títulos como: La sociedad cortesana, La sociedad de los individuos o La soledad de los moribundos; de la cual es pieza maestra El proceso de civilización, en la que realiza un elaborado análisis del “desarrollo histórico a largo plazo” que da lugar a una teoría de la civilización o del desarrollo social.

    En El proceso de civilización Elias parte de un problema presente, la orgullosa autoconciencia que tienen los occidentales de ser “civilizados”, para demostrar que las formas de comportamiento consideradas típicas del hombre “civilizado” occidental no han sido siempre igual, sino que son fruto de un complejo proceso histórico en el que interactúan factores de diversa índole que dan lugar a transformaciones en las estructuras sociales y políticas y también en la estructura psíquica y del comportamiento de los individuos, es decir, que a lo largo de muchos siglos se va produciendo una transformación paulatina hasta alcanzar la pauta de nuestro comportamiento actual, lo cual no quiere decir que el proceso civilizador haya culminado, para Elias no tiene un principio específico y continua en marcha, ni siquiera lo identifica con la idea de progreso señalando que no hay nada intrínsecamente bueno o malo en la civilización. Por otro lado tampoco lo considera como un proceso rectilíneo sino que más bien implica flujos y reflujos, movimientos hacia atrás y hacia delante, incluso desplazamientos laterales. El proceso de civilización supone una transformación del comportamiento y de la sensibilidad humanos en una dirección determinada, pero no de una forma consciente o racional, no es el resultado de una planificación que prevea el largo plazo ya que estas capacidades presuponen un largo proceso que se tratará de explicar más adelante.” (Escrito por Juana Sáez Juárez)

    Espero lo hayan disfrutado y reconfortado, Bogotá sigue igual o pero, asi que animo.

    Beatriz

    1. Responder

      malaquita

      Beatri, qué interesante. Tendremos que hacer muchas tertulias a nuestro regreso para que nos enseñes tantas cosas! Un abrazote 🙂

  2. Responder

    Mónica

    Qué impresión leer ese post!!! Alex, estoy tan conectada contigo y con lo que fue mi experiencia en Marruecos (ya lo tengo listo para publicarlo). En Marruecos el “hustling” es agobiante y la sensación de inseguridad está en el aire… Ahhh! Tu no eres la única loca, yo también leo las etiquetas de la comida!!! Jajajaja

  3. Responder

    Andrea

    Impresionante como describes lo que estan viviendo, te juro que siento que estoy con ustedes… Mucho Animo, todo lo que estan experimentando me ha llenado de un interés impresionante. Que Dios los Bendiga, por favor cuidense mucho.

    1. Responder

      malaquita

      Hola Andre, gracias por tu comentario y por estar atenta a nuestras historias, definitivamente esta es una experiencia que, aunque a veces es difícil, vale la pena vivir. Un abrazo (y saludos de David), Alex

  4. Responder

    Piccolo

    Todos hemos pasado x una mala experiencia…pero todo en la vida se supera y lo mejor es lo q viene…prueba superada !!!

    cuídense mucho

    1. Responder

      malaquita

      Alejo, gracias por tus palabras, las valoro mucho porque sé las duras pruebas que te ha puesto la vida. Un abrazote. Alex

    2. Responder

      malaquita

      Picoley. Gracias por seguirnos. Te mando un abrazo.
      David P.

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